Mi nombre es Aitor Sol Fuentes Rodríguez, vivo en Salamanca desde 1990, año en que nací. Algo más tarde de nacer, hacen lo propio un hermano y una hermana, Iván y Luna, con quienes comparto a dos padres desde entonces, Yolanda y Janda. Mis abuelos, compartieron y comparten todo con nosotros. Lo físico. Y lo intangible, tal y como es la sabiduría de quien aprendió viviendo cuando el futuro se tenía que hacer día a día para estrenarlo mañana y gastar poco, por si acaso no queda para pasado (y todavía no sé en qué bascula podría nadie pesar esos valores).
En un primer momento, si puede llamarse así, vivimos en el Barrio de La Vega, en Salamanca, más tarde nos mudamos a Villares de la Reina, un pueblito a tres kilómetros de la ciudad. Hemos tenido diferentes mascotas: perros, peces, basiliscos, gecos, iguanas, ratones y ahora un San Bernardo llamado Vodka. También, desde que tengo uso de razón, en mi casa ha habido música, instrumentos de mi padre, cuadros
de mi madre y mucho ruido.
Estudié educación infantil, primaria, secundaria y bachillerato en el Colegio
Montessori de Salamanca y lenguaje musical y piano en la Escuela de Música Sirinx. Aunque lo que soy es percusionista desde los 4 años, cuando mi padre me trajo una batería y desde entonces estudio con